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domingo, 16 de mayo de 2010

viernes, 14 de mayo de 2010

"La peor forma de extrañar a alguién, es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener".
 
Gabriel García Marquez

miércoles, 12 de mayo de 2010

100 - 60 - 40





Foto: Banco de Imágenes gratuítas


Hoy es un día maravilloso, el sol comienza a calentar de nuevo y el cántico de las aves afinan sus voces sobre el firmamento, cubierto de motas de algodón sobre un azul inmenso, fresco y puro.

Hoy, en un lugar remoto, alguien maravilloso celebra sus sopotoscientos años de vida. No estoy segura del todo, si es un Sauce, un Roble o una extraña mezcla de ambos, pero estoy convencida de que ese algo tiene vida propia y es sumamente valioso para mí, no solo por su sombra y por su fortaleza sino por el misterio que esconde dentro de sí.

Ese alguien es un ser encantador y mágico, posee la gracia divina de una personalidad extraordinaria, suave e intensa cuando se tiene que ser, áspera y agria cuando se le provoca; pero en definitiva, única en su especie. Es, inmensamente rica por dentro y por fuera, fiel a sus convicciones y seguidora de sus propios valores morales y éticos.

Luchadora innata, aunque en ocasiones y quizás agotada por sus muchos años de existencia, se considera una aventurera nata, adelantada a los tiempos que corren por este gran lugar llamado tierra.
Desde siempre, quizás hasta desde antes de su nacimiento, fue una gran amiga, esposa, madre y abuela de cuanto semejante topaba siempre a su lado. Su autenticidad, le ha permitido destacar por encima del montón; lo que la vuelve a convertir en alguien profundamente indispensable para mi existencia y para la de muchos otros, que con cierta dificultad, les cuesta reconocer que esto que les cuento, es la pura verdad.
De cualquier manera, sean 100, 60 o 40 la edad que tengas… eres mi adorable fusión entre un Sauce y un Robledo, mi fuente de inspiración, mi rio de agua clara que roza mi intelecto y todo mi ser.

Autor: Andrea A.

SILENCIO



Foto: Banco de Imágenes Gratuitas.

Cuando tú te quedes muda,

cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.

Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.

Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos y en silencio                                       

y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio;
y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.

Autor: Andrés Eloy Blanco.